Usamos un puf de tela más de lo que pensamos: nos sentamos en él, apoyamos los pies o incluso lo utilizamos como mesita auxiliar. Por eso es normal que, con el tiempo, necesite un poco de cuidado. Afortunadamente, existen varias maneras de limpiarlo. En este artículo te explicamos los métodos más eficaces y prácticos.
La frecuencia de limpieza depende del uso.
Si está en el salón y se usa a diario, se recomienda aspirarlo y hacer una limpieza superficial una vez al mes.
Si tienes niños, mascotas o lo utilizas en exteriores, conviene limpiarlo con más frecuencia.
Una limpieza profunda es ideal cuando hay manchas, decoloración o si el puf parece apagado. De esta forma, prolongas su vida útil y mantienes su buen aspecto.
No hace falta tener productos especiales para dejar un puf como nuevo. Dependiendo del tipo de mancha y del tejido, necesitarás:
Una aspiradora con cepillo suave
Agua tibia
Jabón neutro (como jabón verde o lavavajillas)
Un paño de microfibra o una esponja suave
Una toalla limpia y seca
Opcional: bicarbonato de sodio o limpiador especial para tapicería
Atención: prueba siempre primero en una zona poco visible para asegurarte de que el tejido no se decolora ni se daña.
Estas indicaciones están pensadas para tejidos que no son fáciles de limpiar. Si tu puf está hecho con telas de alta calidad como Sunbrella, existen otros métodos más sencillos y seguros.
Aspirar: elimina migas, polvo y suciedad suelta con un cepillo suave. No olvides las costuras ni las esquinas.
Preparar la mezcla: combina agua tibia con un poco de jabón neutro. Humedece el paño o la esponja y escúrrelos bien.
Limpiar: frota o da pequeños toques sobre las manchas con suavidad. No restriegues con fuerza: podrías dañar el tejido.
Secar: pasa un paño seco para absorber la humedad.
Dejar secar al aire: colócalo en un lugar ventilado, preferiblemente a la sombra.
Usa una mezcla de agua y bicarbonato de sodio. Aplícala sobre la mancha, deja actuar unos minutos y limpia con un paño húmedo.
Para las manchas de grasa, una gota de lavavajillas suele ser muy eficaz.
Solo si la funda es desenfundable y lavable (¡compruébalo en la etiqueta!).
Usa un programa delicado y no superes los 30 °C.
¿No tienes tiempo o la mancha es demasiado persistente? Puedes llevar tu puf a una empresa especializada en limpieza de tapicerías.
Esto es especialmente recomendable para telas delicadas (como el terciopelo) o en casos de suciedad intensa. Ahorrarás tiempo, evitarás daños y obtendrás el mejor resultado posible.
Recuerda: cada tejido tiene sus propias características y necesita un tratamiento específico.
Si tienes dudas, pide consejo o acude a un profesional para evitar daños innecesarios.
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